Lejos de la polémica de si los niños españoles tienen demasiados deberes o no, surge la necesidad de gestionar eficientemente el tiempo libre de nuestros hijos. Desde que salen del colegio hasta que se acuestan, deben repartir esas horas realizando actividades productivas y que le generen ilusión, como visitar un parque infantil.
Es cierto que la rutina diaria de los más pequeños apenas les deja tiempo para poder jugar y divertirse, ya que entre el colegio, las clases de inglés, la catequesis, las actividades extraescolares, el entrenamiento o los deberes, el tiempo de juego es casi inexistente. Por mucho que queramos que nuestro hijo se forme y logre una educación académica y física extraordinaria, incluso mejor que la que nosotros hemos recibido, no debes olvidar que son niños y que necesitan su tiempo para jugar, reír y divertirse. El hecho de considerar a nuestros hijos como pequeños adultos podría derivarles en un problema de estrés, depresión o mal humor, generándoles un pesimismo a la hora de realizar cualquier tipo de actividad. Los especialistas recomiendan un tiempo de desconexión de las actividades cotidianas, y en ese sentido, no existe mejor opción que acudir en familia o con amigos a divertirse a un parque infantil de bolas.
Es interesante que los padres, en colaboración con sus hijos, realicen un planning con los diferentes días de la semana. Al igual que en algunos hogares existen unos organigramas que determinan la comida de la semana, ¿por qué no planificar el día a día de tu hijo? Hablamos de planificar, no de agobiarle y sujetarle a una agenda cerrada. Esto quiere decir que si alguna vez surge algún imprevisto de última hora, deberemos enseñarle que se pueden sobrepasar dichos límites. El planning se crea con la intención de racionalizar su tiempo de ocio, no para agobiarle más aún si cabe. Dicha planificación deberá estructurar las horas vespertinas de nuestro hijo, descontando el tiempo dedicado al descanso tras la comida y a la realización de las tareas escolares. Una vez pasado ese tiempo, sería interesante que cada día de la semana nuestros hijos realizasen una actividad distinta: clases de idiomas, fútbol, ajedrez, manualidades o acudir a un parque infantil de bolas.
No olvides que el tiempo libre es eso, tiempo libre, por lo que si algún día acuden a clases de idiomas ese mismo día ellos requerirán de tiempo para poder jugar y divertirse. Jugar y divertirse no significa darles permiso para que se sienten en el sofá y se pasen horas delante de la videoconsola, con la tablet o con el móvil jugando. Significa planificar su jornada para que hasta el tiempo de juego posea un trasfondo de aprendizaje. De este modo, podría ser una opción fantástica acudir una tarde a la semana, por ejemplo los viernes, a un parque infantil de bolas como Aventura Park.
Los parques infantiles de bolas reúnen todo lo que estamos buscando. Son el mejor destino para conseguir sacar el máximo provecho al tiempo libre de los más pequeños. Además de correr y jugar, realizando ejercicio físico, aprenderán numerosos conceptos, se interrelacionarán con otros niños, crearán nuevas historias y aprenderán a superar diferentes tipos de adversidades. No solo desarrollarán sus habilidades socio-comunicativas y sus capacidades psicomotrices, sino que también su intelecto, su creatividad y su imaginación experimentarán un cierto grado de evolución.
Pintar, bailar, leer, ir al cine, hacer manualidades y puzles, hacer excursiones, jugar en familia o acudir a un parque infantil de bolas. Son actividades que humanizarán y culturalizarán el tiempo libre de nuestros hijos, convirtiéndolos en unos niños más felices.
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